Vasijas Rotas
Toda la vida eh admirado cosas de mis hermanas.
Cómo mayores las veo a cada rato como ejemplo a seguir, aún cuando de niño pudiera no estar de acuerdo en situaciones, hoy crezco y les doy tantas gracias todos mis días por cosas tan sencillas pero significativas en mi día.
Justo hoy recordaba como aprendi a abrocharme las agujetas gracias a qué me explicaron, ¡pero me pusieron a hacerlo!
Jamás se me olvidaría a partir de esa fecha, en que el enseñarme con amor no siempre es hacer todo por el otro, sino es más amor enseñarlo a qué lo haga por sus propias manos para que él fruto sea más abundante.
No sé que pasó... Las sircunstancias con el tiempo me llevaron a tener una adolescencia pesada en el aspecto de que sentia que siempre me iba mal porque ... Simplemente porque era yo. Porque Dios me había echo con esa característica de que todo saliera mal, de que fuera como fuera, mis resultados siempre serían negativos y pues, resignado estaba, porque mi motivación cada vez era más nula y mi sentido de tolerancia era cada vez menor.
Fueron muchos años invadidos por ese pensamiento y hoy después de algunos 5 años aproximadamente de recuperación, mi vida dió un giro al amor en mi mismo y mi corazón. A cuidarlo y quererlo como siempre hubiese querido. Jamás hubiese pasado esto si no me hubiese dejado abrazar por Dios.
No voy a mentir, pues en ocasiones, aún vuelven mis miedos falsos y me invaden pensamientos negativos.
Tal vez al decir invadir, te imagines que pienso muchas cosas malas y que es difícil quitarlas de la mente, sin embargo no solo eso, sino que se apodera de mi sentido emocional, de mis acciones y me lleva a la tristeza porque llega un punto donde si no lo trabajo y lo controlo, lo único que quiero es acostarme en mi cama, dormir y que llegue el siguie te día.
Pues esto sienpre ah sido así..... Espero las horas necesarias hasta el siguiente día para que todo mejore, y me levanto con nuevas baterías, doy todo de mi y todo mejora.
Justo el otro día a medio día de malos ratos, mi autoestima se volvía loco, quería ir para arriba y mis pensamientos lo arruinaban haciéndome creer que iba para abajo. En medio del mal día, aparece mi hermana y se entera de cómo me siento.
Ella solo respondio "Ya se acabó"
Mi mente tubo un shock dónde dijo.... Ya... Ya!... Ya wey! No esperes a pasar otro día eterno ni esperes a que vuelva a amanecer. ¡YA!, Un YA insofacto en dónde desaparece la negatividad y hay que darle la vuelta sin dejar ganarle a lo malo.
Obviamente no estoy diciendo que esto aplique con todas las emociones que nos bajonean, pero si con las que nosotros mismos nos creamos por inseguridades o miedos.
Ya se acabo... el mejor abrazo que me ah dado en una frase, algo que me motiva hoy todos los días cuando algo no sale como esperaba... Algo que me hace alargar mi paciencia y me hace sacar un gramo más de fuerza cuando ya no quiero nada.
Una frace la cuál me da la oportunidad de comenzar de inmediato y reponer lo que daba por perdido.
Con todo esto, recuerdo el kintsugi, en dónde se recupera lo roto pero mejorandolo, dándole un significado diferente y con un valor más importante ahora.
Si Dios pudo repararme estando ya roto, puedo darle lo que considero roto y el me enseñará con mis propias manos a pegarlo, porque amor no siempre es hacer todo por el otro, sino es más amor enseñarlo a qué lo haga por sus propias manos para que él fruto sea más abundante.
Asi jamás se me olvidará como atar mis agujetas.
Comentarios
Publicar un comentario