Dulces son los Frutos de la Adversidad

Muchas veces nos agredimos a nosotros mismos por errores que hemos cometido en el pasado.
Puede ser que se trate de algo muy viejo, pero que no deja de regresar a la memoria cada tanto y nos hace hacernos preguntas como... "¿Porqué?, ¿Cómo pude?, No valió la pena"

El remordimiento es enfermizo y es el rechazo de nuestros errores que nos limita, paraliza, nos angustia y nos encierra en un orgullo herido.

El verdadero arrepentimiento nos hace levantar los ojos hacia Dios para reconocer que su amor nos espera y nos perdona, por eso el arrepentimiento en lugar de debilitar los nos fortalece para comenzar de nuevo y en lugar de paralizar la, nos empuja hacia adelante.
No nos quedemos anclados en el pasado

Dulces son los frutos de la adversidad
Pero antes de vencer la adversidad, hay que vencernos a nosotros mismos.

¿En qué te debes de rendir y vencer para poder probar ese fruto anhelado?

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